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lunes, 15 de diciembre de 2014

La noche de medio dia

El puñetazo acertó, lanzándolo hacia atrás con mas facilidad que de costumbre, estaba demasiado confundido como para esquivarlo, de fondo seguían escuchándose los lamentos, y aun se distinguían algunos gritos, lejanos, eso le alegro un poco,el sonido sordo de las rocas que caían de manera intermitente junto con las explosiones esporadicas paliaban todo lo demas ,era eso, o que su cabeza estaba demasiado embotada como para darse cuenta de muchos ruidos de su alrededor.
Tras la caída no quiso levantarse, y tampoco podía, ya estaba mareado y algo debilitado, la ceniza no le dejaba respirar bien, estaba empezando a ahogarse, y los movimientos bruscos habrían sido una muy mala opción en sus condiciones
Pero decidieron por el.
Su media melena corrió en su contra al verse levantado por ella aunque sus pies aun se arrastraban por el suelo.
- ¿Que pasa ahora Fabio?¿Duele?-lo volvió a lanzar como si fuera un juguete roto, o un resto de pollo que tiras a los perros,con asco.

La pared de una casa cercana estallo a causa de una roca volcanica, quedando un hueco redondo en medio, con la mitad del techo destruido y vigas ardiendo, le calleron encima unos cuantos escombros.
-Ups, lo siento, se me ha escapado, en una erupción...NO ME CONTROLO- rápidamente EL avanzo para seguir pegándole,pero en el ultimo instante cambio de idea y miro a la nueva "puerta" recién abierta en la pared, varias personas habían comprendido que no era buena idea mantenerse en un edificio que a punto estaba de venirse abajo, y trataban de salir a la calle de una manera algo precaria.
-¡NO!-A ninguno le dio tiempo ni siquiera a mirar de donde procedía ese grito, ya que, antes siquiera de que dijeran algo, sus cuerpos calleron calcinados. Eran tres personas, un hombre mayor,claudio aurelio ,era el padre de la familia,sensato ,de viejas costumbres, se dedicaba al comercio y tan bien se le dio en sus años que ahora podía dedicarse también a asuntos de interés publico, incluso tenia unos cuanto seguidores, de una manera modesta no era un hombre con pretensiones políticas, tras la muerte de su esposa solo quería lo mejor para su hija, que estaba tras el ,junto a su marido.Que justamente hacia dos semanas había llegado de las guerras de britania para celebrar la vulcanalia, las ropas ligeras de finales de verano no habían hecho nada con el súbito estallido de fuego y sus sensaciones y pensamientos llegaron a lo mas profundo de la mente del moribundo-¡NO!, VESUVIO, ¡podrian haberse salvado!-Fabio trataba de levantarse de una manera muy poco eficiente, aunque no tenia aun ningún hueso roto, estaba débil y mareado, esos habitantes eran SU gente,
-¿Al bebe le ha dolido?-se estaba acercando lentamente,-¡A mi también me ha dolido, FABIO!, me ha dolido tu traición.
-Es..pera, dejame explicarte, no es lo que...-se escucharon unas toses cercanas,-Oh, mira , han venido a acerté compañia , -el pelirojo no quería escuchar, Fabio se puso pálido,detrás de los cadáveres de su familia había una niña, pequeña, era la nieta de la familia,
-¿A ti te duele no? -Dijo Vesuvio que sonreía de manera siniestra hacia el -a ti te duele su sufrimiento, Solo te mereces eso - Fue hacia la niña.
Consiguió quitarse la basura de encima, no podía consentir que ese hombre hiciera lo que le viniese en gana, por una vez, al menos por una vez iba a ser el quien lo superase. La calle estaba llena de piedra pómez y escoria volcánica, al menos había un metro de rocas amontonadas, no se podían andar, y mucho menos moverse con una cierta velocidad, pero era imprescindible que el pelirrojo no llegase hasta la niña antes que el. Ella asustada al verlo venir como si fuera un lobo cazando conejos, había chillado asustada, pero no podía volver dentro de lo que hacia unas horas había sido su amado hogar,y tampoco podía huir por esa calle llena de rocas que la madre naturaleza cuidadosamente, y no tan cuidadosamente, había colocado. Sin saber que hacer solo podía mirar horrorizada como el asesino de su familia trataba de acabar el trabajo. Pero se detuvo, antes de cogerla a ella se giro, Fabio en un intento desesperado había intentado detenerlo saltándole encima, ambos se enzarzaron en una pelea a puñetazos, patadas, mordiscos e insultos. Tras dos chasquidos muy fuertes, vesuvio estaba triunfante encima de Fabio, esos chasquidos probablemente era alguno de los hueso del ultimo, las costillas quizás, movió las piernas, aun podría escapar a pie.
-Fabio Fabio Fabio....nunca aprenderas¡ Estoy mejor que nunca!, y tu, no me la vas a volver a jugar...- El abrazo de sus piernas era fuerte, y no podía soltar los brazos, empezo a hacer presión en el brazo derecho que trataba de liberarse
-Es...pera, por favor...¡Aahg!- se volvió a oír un chasquido, la muñeca, le había roto la muñeca, la niña pego un chillido, y comenzó a toser violentamente.
-Cielos, se va a morir antes de que pueda MATARLA,- empezó a apretar una de sus piernas -Pero no me importa, puedo hacerte daño a ti primero¿ verdad? -esta vez la pierna, Fabio se contuvo las lágrimas,
-bueno señorito, ya que me has quitado mi futuro, es lo propio que haga lo mismo,¿ verdad? , a ti, y a la puta que te ha elegido.- la niña seguía tosiendo, las cenizas le quemaban los pulmones, y estaba mareada.
- ¡ah! los niños nunca OS calláis, ahora estamos hablando los mayores muerete en silencio -levantó una mano en su dirección,
-No! Para! - ya era tarde, un cuarto cadáver callo fulminado y quemadod por SUS manos
- HA sido una muerte rápida, es mejor de lo que te va a pasar a ti, - Vesuvio sonreía, se le veía radiante, y lleno de odio.
-Aun puedes parar esto, neapolis, va a ser madre....
- no me interesa lo que hayas hecho con ella, ya es tarde.- vesuvio se puso en pie, ignorando al moribundo rubio que había dejado en el suelo.- Bueno, Fabio....espero que te guste mi regalo de bodas - Caminando encima de los escombros fue direccion a la puerta norte de la ciudad, la vesuviana, mientras se despedía
- vesuvio, espera....¡vesuvio!- empezaba a ver negro por los bordes, esa noche de mediodía era ¿era el fin?, tenia frio a pesar del calor del ambiente....las rocas seguían callendo de manera intermitente. No, no podía permitirse el lujo de descansar,tenia que irse, todos los que aun estaban ahí tenían que huir. Trato de girase, una vez boca abajo se arrastro un poco, pero sus fuerzas lo abandonaban,en ese momento vio la columna negra del vesubio, enorme, terrorífica, empezó a caer, diréctamente hacia la ciudad, hacia pompeya, acabando de cubrirla de polvo y ceniza, para siempre.
O eso esperaba vesuvio.

1 comentario:

  1. Muy buena la entrada. Solo una cosa, has escrito "vesuvio" mal.


    (Just kidding, please don't kill me)

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